Dado que trabajo en Educación Infantil, la evaluación que he efectuado
siempre en mi aula, ha sido a través de la observación
directa y sistemática de todo el proceso de enseñanza – aprendizaje, que
voy recogiendo en un Diario de clase,
que avalan y fundamentan las observaciones y valoraciones realizadas.
Al trabajar por rincones, esto me permite realizar una observación más
minuciosa y detallada de todos los alumnos-as, en los que empleo Listas de control o escalas de observación, en algunas
actividades concretas, donde realizo un registro en relación a conductas,
capacidades… observables.
Por otro lado, también realizo una evaluación indirecta mediante la observación de trabajos
realizados: fichas, producciones gráficas… comparando las del inicio del curso,
con las del final, principalmente en contenidos relacionados con el la lectura
y escritura (nombre, escritura…), lógica – matemática , dibujos del esquema
corporal…
Siempre evalúo en tres momentos
distintos: Antes, mediante una evaluación
inicial. Al comenzar cada proyecto
partimos de la pregunta “¿Qué sabemos sobre…?” Voy anotando todas las ideas que
poseen los niños y niñas sobre el tema que se va a tratar, aunque éstas sean
erróneas, las vamos corrigiendo a lo largo del mismo. Además, siempre les pido
al inicio que realicen un dibujo sobre
el tema tratado, que me permite comparándolos después observar su avance en el
proceso de enseñanza – aprendizaje.
La
evaluación también es continua, a lo largo de todo el
proceso de enseñanza – aprendizaje, mediante la cual recojo información de
todas las experiencias y vivencias que se realizan en el aula, de los progresos
y dificultades presentadas, proporcionando la ayuda necesaria a los alumnos/as
para estimular el proceso de aprendizaje,
Y
por supuesto, una evaluación final, a través de la observación de
distintos criterios de evaluación marcados.
Durante
todo el proyecto voy anotando en otra cartulina todo lo que vamos aprendiendo,
que lleva como título “¿Qué hemos aprendido sobre…?”. Al final del proyecto
leemos primero lo que anotamos al principio y todos los conocimientos nuevos
que han aprendido. De esta forma, se
produce una autoevalución, ya que ellos mismos son conscientes de todo
lo que han aprendido.
A
veces, (dependiendo del proyecto) invitamos
a las demás clases de infantil o nosotros somos lo que visitamos otras aulas,
para exponer los conocimientos o capacidades adquiridas a otros alumnos-as y
otros docentes, lo que les resulta realmente motivador, además de dotar a los
proyectos de significado y autenticidad.
Estas
formas de evaluación me dan buenos resultados ya que tantos los propios
alumnos-as como yo, pueden observar la evolución que se ha producido en cada
uno de ellos, anotando, revisando, conectando los conocimientos previos con los
conocimientos nuevos.
En
mi centro, evalúa cada docente, antes, durante y al final de cada proyecto. Cada
maestra utiliza sus propias estrategias de evaluación y herramientas,
recogiendo información en las distintas unidades didácticas o proyectos de
trabajo, y se evalúa principalmente al final de cada trimestre (que suele
coincidir con la duración de un proyecto) mediante la observación de distintas
capacidades marcadas en criterios de evaluación que se marcan como “en proceso”
o “conseguido”. Éstos incluyen tanto conocimientos, como capacidades y
actitudes.
Creo
que nos sería de gran ayuda, comenzar a utilizar las rúbricas ya que muchas
veces nos resulta difícil determinar si la capacidad o conocimiento está
adquirido o no. Esto se facilitaría a través de esta estrategia de evaluación, pues
describen el desempeño que se espera
en el alumnado y varios grados de adquisición.
E incluso, podríamos incluirlos para que el
alumnado también pueda evaluar, tanto a ellos mismos, como a sus compañeros-as,
y los proyectos, utilizando imágenes que tras su explicación seguro que serían
capaces de utilizarlas de forma progresiva de manera más autónoma.
Por lo tanto, considero que la evaluación
establecida en mi centro es adecuada, pero se podría mejorar principalmente
incluyendo la evaluación de otros agentes y cambiando algunas de las
herramientas y estrategias por otras, que nos faciliten el trabajo.
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